En One Piece Film: Red, de Gorō Taniguchi, que se estrena el 4 de noviembre, ocurren varias cosas en paralelo. Por un lado, Monkey D. Luffy debe concluir una vieja historia personal. En el otro, continúa, por supuesto, con su aventura para convertirse en rey de los piratas. Pero, entre ambas cosas, también decide junto a su tripulación acudir al concierto de una cantante extraordinaria.

La historia, llena del sentido del humor del anime y su cualidad entrañable, traslada a la pantalla grande una narración coherente con su espíritu e identidad.

También enlaza con el conocido — y en apariencia interminable — relato en busca del One Piece con algo más singular. Incluso, se toma el atrevimiento de incorporar música. Lo que brinda al argumento una fluidez singular y conmovedora. One Piece Film: Red tiene una conciencia muy clara de la larga historia que la precede y analiza, con un guion que sorprende por su solidez, sus pequeñas singularidades.

One Piece Film: Red es una obra maestra para cualquiera

Sin duda, One Piece Film: Red está creada para fanáticos de hueso rojo de la obra de Eiichirō Oda. Pero al mismo tiempo tiene una amplitud suficiente para incorporar a una audiencia más grande. La película es una ambiciosa puesta en escena que desea analizar las obsesiones principales de One Piece como conjunto. Desde la lealtad y el amor, hasta el extraño grupo de piratas. Sin embargo, toma la brillante decisión de ser algo más que un vehículo de entretenimiento puro entre personajes queridos y una narración familiar.

Al contrario, One Piece Film: Red encuentra un lenguaje propio y una construcción elegante para sostener su carácter individual. Una percepción que hace del argumento una curiosa mezcla de estilos y buenas decisiones narrativas

One Piece Film: Red quiere contar una versión propia sobre un acontecimiento incidental en su mundo. Algo que muchas películas basadas en manga intentan, aunque sin lograr la sensación de que son algo más que un capítulo muy largo del original.

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